miércoles, 25 de abril de 2012

El apostolado empieza en casa



El ejemplo arrastra y más que las palabras. Si queremos que nuestros hijos sean personas de bien y que ayuden a los demás, primero hay que empezar por nosotros mismos. Por eso ellos nos ayudan a ser mejores y a crecer más. 

Después de unas merecidas vacaciones, de nuevo estamos aquí para tratar de poner un granito de arena. Leyendo varios artículos me encontré este que habla sobre el gran servicio que hacen las empleadas del hogar. Espero que te guste y que por medio de su buen trato hacia ellos, comiences a enseñarle a tus hijos a servir a todos por igual.

Nos ayudan en casa. Y tú ¿qué haces por ellas? Parte I

Escrito por Daniela Jerez | 23 de Abril de 2012

Limpian, lavan, planchan, cuidan niños, adultos mayores, hacen las compras, cocinan y muchas actividades más. Ésta es la labor de las más de un millón 700 mil empleadas del hogar que laboran en nuestro país de acuerdo a la Encuesta Nacional del Empleo.


La abogada laborista Mónica Santillán nos sugirió estudiar la Ley Federal del Trabajo en su capítulo XIII sobre Trabajadores domésticos. De acuerdo a la definición, los empleados del hogar son "los que prestan servicios de aseo, asistencia y demás propios o inherente al hogar de una persona o familia" de acuerdo a lo estipulado en el artículo 331.

ww.derechoshumanos.org.mx, asegura que el trabajo doméstico ha sido una labor delegada a las mujeres, las cuales en su mayoría provienen de comunidades indígenas o zonas populares. Por la falta de oportunidades y bajos recursos, muchas de ellas carecen de la información necesaria para conocer sus derechos por lo que terminan expuestas, en ocasiones, al abuso y explotación laboral así como la incertidumbre al futuro sin protección y sin posibilidades de prestaciones una vez que envejece.


La edad de las empleadas del hogar oscila entre los 15 y 60 años, pero la edad promedio es de 30 a 40. La Ley Federal del Trabajo en su capítulo XIII sobre Trabajadores domésticos es la que contempla y salvaguarda la protección e integridad de estas mujeres y hombres, puesto a que dicha actividad es realizada en su mayoría por las damas, 90 por ciento y el resto por varones.


El artículo 334 de la Ley Federal del Trabajo establece que el empleado doméstico debe recibir "del pago en efectivo, los alimentos y la habitación. Para los efectos de esta ley, los alimentos y la habitación se estimarán equivalentes al 50 por ciento del salario que se pague en efectivo".


Deberán disfrutar además, de reposos suficientes para que puedan consumir sus alimentos y descansar durante la noche como lo contempla el artículo 333 de la misma ley. El artículo 337 señala expresamente las obligaciones que el patrón tiene para con los empleados del hogar, una de ellas es guardar consideración al trabajador, es decir, abstenerse de los malos tratos de palabra o de obra.


Asimismo, debe proporcionarle al trabajador un lugar cómodo e higiénico para que pueda dormir, así como brindarle una alimentación sana y condiciones de trabajo que aseguren su vida y salud.


Sin embargo, en el día a día, las y los trabajadores del hogar están expuestos a una serie de abusos, puesto que al no conocer sus derechos, no reciben las prestaciones que por ley les corresponden además de que, algunos de ellos trabajan más de las ocho horas establecidas.


Y es que más de uno de nosotros ha sido testigo de que algunos patrones no cumplen con las obligaciones que por ley le corresponden, sea por ignorancia u oportunismo. En caso de que el trabajador presente una enfermedad que nada tenga que ver con su empleo, el patrón deberá pagarle su salario hasta por un mes o si la enfermedad es crónica deberá proporcionarle asistencia médica "entretanto se logra su curación o se hace cargo del trabajador algún servicio asistencial" como expone el artículo 338.


En caso de muerte del empleado, el patrón deberá hacerse cargo de los gastos del sepelio. Sin embargo, como señala derechoshumanos.org.mx:


"En nuestro país las empleadas domésticas no ven garantizado su derecho a un empleo digno, y no hay una autoridad que verifique el horario de trabajo, el salario y la seguridad social. La sociedad mexicana carece de una cultura de respeto a los derechos de la trabajadora del hogar. Simplemente no gozan de la protección del contrato escrito, por lo que continúa la discriminación, la marginación y la violencia hacia ellas que puede ser física o verbal".


Por ello, te invitamos a que conozcas los derechos de tus trabajadores del hogar y tus obligaciones como patrón para que el salario y condiciones de trabajo que tengan sean óptimas. Ayúdanos a que conozcan sus derechos y los hagan valer.


Y es que gracias a ellos y ellas, nuestras casas están limpias, nuestros hijos y abuelos son vigilados y atendidos y gracias a su labor, nuestro hogar funciona correctamente por su esfuerzo y dedicación. Hacemos también un llamado respetuoso a las autoridades para que den a conocer sus derechos a los empleados del hogar con la finalidad de evitar todo acto de discriminación o injusticias hogar con la finalidad de evitar todo acto de discriminación o injusticias.


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